sábado, 18 de octubre de 2008

Instalaciones deportivas

Este hotel contaba con unas instalaciones deportivas envidiables que por sus características, incluso hoy día, son difíciles de imaginar salvo que estemos hablando de hoteles de categorías de varias estrellas.

La piscina contaba con un bar-terraza al lado desde donde llenar el estómago entre baño y baño:



La piscina constaba de 6 calles y, en la parte más profunda (de unos 2 metros) tenía 2 trampolines:



Semejante piscina no se podía llenar exclusivamente con la clientela del hotel, con lo que se permitía el acceso directamente (sin necesidad de pasar por dependencias del hotel) a cualquiera que, previo pago de la entrada, quisiera hacer uso de la piscina. La puerta de acceso hoy día se encuentra tapiada. A su lado podemos ver la caseta desde donde el encargado se encargaba de vender las entradas y que nadie se "colara" gratis:


Aquí podemos ver el acceso a la piscina desde el exterior:



Todavía queda parte de la maquinaria de clorificación del agua de la piscina:



Y, cómo no, también contaba con unos amplios vestuarios con ducha:


Cerca de la entrada exterior a la piscina se encuentran las 2 pistas de tenis. Las redes aguantaron bastantes años. Yo llegué a jugar allí alguna vez que otra estando ya cerrado el hotel. Pero terminaron por desaparecer también... seguramente el día en que pusieron un par de arcos para jugar al futbito:



Un detalle que da idea la calidad con la que se construyeron estas pistas es ver cómo, a pesar de sus más de 30 años, tan sólo limpiandolas de ramas, piedras y otros escombros, se podría jugar perfectamente al tenis sin necesidad de restaurar nada... ni siquiera repintar las lineas!

Dormitorios

Para subir a la planta superior, con unos 15 dormitorios, hay una escalera con barandilla que, para no perder el estilo del hotel, era también de madera:


Desde el pasillo que comunicaba todas las habitaciones se tiene una vista privilegiada de la zona de entrada del hotel:

Las habitaciones más grandes, con las mejores vistas al pueblo y el castillo, contaban con balcón (hoy día tapiados):

Se puede apreciar, también tapado, el hueco que ocupaba el compresor de aire acondicionado:

Las habitaciones más pequeñas contaban con ventanas, con portezuelas de madera para asegurar buena oscuridad para dormir:


Cada habitación contaba con un cuarto de aseo. Las puertas que todavía quedan son del estilo de antaño:

Los azulejos de los cuartos de baño también denotan la época dorada del hotel:

Interior

Con un poco de sentido común para evitar las zonas más deterioradas y mucho cuidado para no pisar cristales rotos y desperdicios, pasamos al interior del hotel. Aquí es donde el viaje en el tiempo es más patente, habida cuenta de los elementos de diseño (pocos ya que no hayan sido destrozados o, directamente, robados) que quedan de la época.

Esta es la entrada principal del hotel, la primera impresión que el huésped recibía del que sería su hogar mientras durara su estancia.


Avanzando un poco, a la derecha se encontraba la recepción:


En la planta baja se encuentran los salones de celebraciones y el bar-restaurante, estando los dormitorios en la planta superior. En uno de los salones se encontraba las piedras del antiguo molino que daba nombre al hotel:


Otro de los salones estaba presidido por la chimenea del hotel:


Los salones estaban separados por mamparas de madera:


Por esta mampara se pasa al último de los salones, que era el utilizado normalmente como restaurante. También contaba con una barra del bar que se utilizaba cuando, por la época del año, no estaba abierta la piscina:

Toda la comida que se tenía que servir tenía que provenir de la cocina, que resulta ser considerablemente grande:

Aunque no queda ni rastro de la cubertería que allí había, sí que se ha salvado (por ahora) un congelador de helados típico de la época:


La zona de fogones, en cambio, ha sufrido peor suerte:

Exteriores

La entrada del hotel (hoy cerrada con cadenas al paso de vehículos) se hacía a partir de la travesía de una de las entradas a la población, lo que proporcionaba un acceso fácil para todo aquél que no conociera la zona.


A la izquierda de la entrada estaba la zona de parking, siendo una parte cubierta. Hoy toda esta zona está llena de matorrales pero, en su época, era una zona perfectamente pavimentada.


Aquí se pueden apreciar, semiocultas, las plazas de aparcamiento:


Detrás del aparcamiento se encuentra una pequeña pinada que constituye la zona arbolada más grande en la zona urbana.


Enfrente de la entrada de la travesía y, bajando por unas escaleras de piedra, se accede a la plazoleta (tenía un pozo ornamental enmedio) por la que se accedía a la entrada principal del hotel (hoy día tapiada).


Desde aquí se puede apreciar la enorme chimenea que presidía el hotel y que le da su irrepetible personalidad.

Historia y presentación

En 1970 se construyó el Hotel El Molino en Sax (Alicante). Se utilizó la antigua ubicación de un molino de grano (tengo constancia de otros 2 molinos en otras zonas de la población, pero estos sí completamente desaparecidos) en una zona de parque, lo que le ofrecía un diseño que hoy día calificaríamos de rústico pero con unas calidades e instalaciones muy altas para la época (incluso estando operativo como en su día, hoy podría calificarse con 3 estrellas sin apenas esfuerzo).

Este hotel constaba de salones de comedor, celebraciones (bodas, bautizos, etc.), bar y, adicionalmente, tenía una zona arbolada con pinos con aparcamiento así como de una piscina, 2 pistas de tenis y una zona de juegos para niños.

Tanto la piscina como las pistas de tenis podían ser usadas (previo pago, claro está) por personas que no fueran huéspedes del hotel, lo que hacía que, en verano, estas zonas estuvieran siempre llenas de vecinos de la población. Pese a las 25 pesetas más cara respecto a la piscina municipal yo siempre acudía a ella, tanto por dimensiones de la piscina como por proximidad a donde vivía. De hecho, la piscina tenía unas dimensiones mayores que la disponible en el polideportivo municipal (hoy día sigue siendo así) y era la utilizada en campeonatos comarcales o locales de natación. Las pistas de tenis eran las únicas disponibles en la población, contando también con iluminación nocturna.

Aparte de estos servicios, contaba con salones de celebraciones que eran prácticamente los únicos en la población (al menos, de esas dimensiones) lo que le daba también uso para celebraciones de bodas, bautizos, comuniones y cualquier otra celebración con un número considerable de personas.

Sin embargo, el servicio de hotel como tal no tuvo mucho éxito dada la poca demanda que este servicio debía tener (salvo temporadas de fiestas o verano).

Por tanto, los altos costes que debía tener la gestión del hotel frente a los pocos ingresos que se proporcionaban, el aumento de alternativas de ocio, junto a disputas de la famila propietaria, llevaron a que el hotel se clausurara estando todas sus instalaciones completamente operativas a mediados de los años 80, dejando a una población de unos 8.000 habitantes sin ningún establecimiento hotelero hasta hace 2 años en el que se construyó otro hotel, cercano a éste pero sin ningún tipo de instalación adicional y, en cualquier caso, menos pretencioso y con unas instalaciones más acordes a las necesidades reales de la demanda actual.

Hoy día sigue siendo una incógnita cuál será el futuro de este lugar que está completamente abandonado al pasto del paso del tiempo, destrozos y pintadas. Una rehabilitación y volverle a dar el esplendor de tiempos pasados parece una tarea, cada vez más, utópica ya que, si bien las estructuras todavía no están en estado de ruina, la inversión económica necesitaría de muchos años para ser devuelta en forma de beneficios.

Quería, por tanto, que este blog sea un pequeño homenaje de un lugar que fue adelantado en su tiempo y al que, hoy día, no se le presta atención por haber estado siempre ahí.